martes, 1 de diciembre de 2015

Allí, sabemos.

Allí fue que se enamoró de mi, por allí, en algún lugar de aquella banqueta sigue una semilla que sembre el día que intente besarla, quedar atrapado, quise quedarme siempre allí, quise nunca, nunca salir de tus manos, nunca quise despegarme de todo ese recuerdo que tanto daño me causo, y que tanto disfrute mientras también sufría. Era una perfecta ironía, era una paradoja, un laberinto que tenía salidas, que era fácil, era algo innombrable, un mundo que no se creo solo, que creamos con el mismo empeño con el que cayo, sin nosotros, que el cayo solo, allí, allí, solo allí, quise morir tantas veces allí, quise que me dieras toda esa vida que me faltaba, quise quererte, intente disipar todas las dudas, intente tergiversar una razón que el corazón sabía, que quería ignorar. Allí, allí, allí fue el día, allí el lugar, allí el corazón toco fondo, allí tuve razones para no querer tenerte lejos nunca más, pero el destino no fue ese, el destino es éste, el pasado es aquel que nunca quise que muriera. Ese es el problema, el no querer resolverlo. Cuanto no daría por saberte hoy mía, por quererte como ayer intenté, pero que ya no me sale, y que solo queda el recuerdo de aquello que fue, de aquello que hoy no es cierto, pero que con tantas razones quisiera que fuera más verídico que utópico. La vida me regalo un momento, y yo le devolví una razón para querer vivirla, pero fue allí, donde nos enamoramos, o donde intentamos querernos, donde me quitaste todo ese frío, esa capa de hiuelo que cubría mi corazón vivo, pero fue allí, allí, donde el calor de tu cuerpo vislumbraba el mensaje que tus manos me intentaban dar, que luego tus labios quisieron cubrir, nos ellas. El silencio no fue opcional, nuevamente me tocó la parte más difícil, la de querer quererte por encima de toda tu ropa, por encima de las razones que aprisionaban todo aquello que hoy muere, pero que fue allí donde comenzó a germinar vida. No sé de donde saliste, ni a donde fuiste, sólo se donde quiero que estés. Se me hace difícil facilitarte una salida, se me hace fácil dificultarte el aire mientras piensas en todo aquello que nunca fue, pero que tanto quisimos que fuera. Ni te vayas, pero no pienses en quedarte, sólo, haz lo que tengas que hacer, lo que ya sabes, sabemos.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Mañana prometo sorprenderte, lo juro.

Se nos hace tarde para querernos de nuevo, se nos hace de noche y ya eres una extraña, ayer moría por hablarte, hoy muero por olvidarte. Fuiste el lejano amor que deje olvidado el día de ayer, el beso que nunca pedí y que hoy me duele no poder recordar, la triste historia de un día que paso como todos los demás, y que te dejo a ti en él, quizás y mañana nos veamos de nuevo, tal vez tu ausencia me borren las ganas de poder conocerte más. El miedo borro la historia que juntos podíamos escribir, no eres una extraña, pues allí vives hoy, allí dormirás mañana, pero solo allí, no te atrevas a querer pasarte de mi raya, éste es mi lado, y si alguna vez quieres cruzar la frontera, abrázame por la espalda, y no digas nada, yo tampoco lo haré. Lo que menos imagine ayer, fue extrañarte hoy, ya no estabas en mi cama, ¿A dónde te has ido? Tu silencio es mi mejor lenguaje, ayer por la noche no te vi, pero sabía que estabas conmigo, eres la desconocida que más conozco, la señora extraña que se refugia del otro lado de mi cama, me da miedo, si. Me da miedo que no te vuelvas a mi, quiero seguir aquí, queriendo todo para ti sin decírtelo, y quizás y todo ésto te canse, quizás y decidas correr a otros brazos, a otro lugar por donde pasar tus noches, que sea un lugar caliente, que te de calor y te quite el frío, pero yo prometo, que ninguna otra persona más que yo, entenderá el sonido de tus lágrimas, ni el lenguaje tan raro de tu silencio... Puedes correr a por otro lugar donde esconderte, yo hoy volveré a acostarme del lado derecho, yo hoy volveré a darte la espalda para seguir durmiendo, yo hoy te seguiré extrañando, yo hoy tendré las mismas ganas de abrazarte de cuando te conocí, ya estoy mucho más lleno de letras que tu diario, ya tengo más sueños que soñar mientras te miro, aquí te espero, vuelve hoy, quiero seguir descifrando tu respiración, quiero seguir muriendo en silencio mientras duermes del otro lado. Ya mañana es tarde para parar está rutina, al igual que hoy, pero quiero seguir intentándolo... No te vayas, quiero seguir muriendo cada noche, el dolor es necesario, mañana te daré una sorpresa, si hoy intentas llegar... Te lo prometo amada mía.


                                            Cartas al desconocido que vive del otro lado de mi cama.

sábado, 18 de mayo de 2013

No pasa nada, sólo que estoy solo.

Y pues como siempre, aquí estoy, entre el tiempo y el soporte, entre saber vivir o morir intentándolo, la soledad es una silla que está vacía, la soledad es ese diamante que hay que dedicar un largo tiempo para aprender a valorarla, es tan punzante que aunque tengas mucho cuidado y aún sin querer hacerte daño, terminas herido, estoy tan solo que escucho muchas cosas que nunca he escuchado, es el sonido de las 10 pm, es el sonido de un futuro que me espera y que me acaricia en cada brisa, nadie me acompaña más que mi sombra y que mi Dios, nadie me escucha si no soy yo mismo, quizás y esté todavía un largo rato más así solo, pero ya te estoy escuchando llegar, ya escucho tus pisadas que intentan alcanzar mi camino, no quiero otra cosa que seguir escuchándote reír, estoy haciendo las cosas bien, y Dios me recompensa con éste bolígrafo roto, un papel y ésta hermosa soledad que todavía después de tanto tiempo, aún no aprende a abrazar, que no aprende a bailar al mismo sonido y ritmo de las 10 pm. Hoy no estoy solo, pues solo estuviese si no fuese posible alargar ésta espera de tus cartas, de tus mensajes, es esa esperanza que tanto me fastidia y no me deja estar solo. ¡Vamos!, déjate ver, sé que nunca dejarás que pase peligro estando aquí solo, varado frente a multitudes de miles de criaturas que nadie ve, ni nadie conoce, sé que estás allí aunque no me permitas verte como en realidad eres. Bueno, ya no tengo tanto frío, hablar contigo no deja que se enfríen mis razones, hace minutos estaba solo y sin querer mirarte, ya me dijiste que estás allí, ya me volviste a dejar sin opciones, ya está, ya no salgas, ya no quiero verte, pues verte solo me quitaría la ilusión de que hoy por hoy, estoy completamente, solo...